tengo que confesar que amo ser joven. amo la etapa que estoy viviendo, la universidad. amo haber dejado para siempre el colegio y sus reglas, amo la libertad, seriedad y compromiso, quizá más bien dicho el estilo, de mi U: no pasar asistencia, esto de poder elegir cómo llevas el ramo: estudias por tu cuenta, vas a clases o no, etcétera. amo el patio de ciencias sociales. amo que mi carrera sea una ciencia social. amo este tiempo post-colegio y pre-trabajo.
siento que tengo que aprovecharlo. siento que la vida se me irá muy rápido. siento que estos cinco años no son NADA, y que antes de un suspiro se habrán ido. siento que TENGO que hacer locuras, siento que tengo que perforarme, teñirme, tatuarme entera. siento que tengo que pintarme cada uña de mi cuerpo de un color distinto, y usar la ropa más extravagante y vanguardista. siento que tengo que mostrar la guata, y las piernas. siento que tengo que gritar, bailar, cantar, amar, expresarme, rebelarme, comer como chancha, matarme de hambre, dormir de más, pasar de largo, ser responsablemente irresponsable. siento que es LA oportunidad en la vida para hacer todo esto, y que apenas me gradúe y entre a un trabajo con reglas y códigos, y protocolos, esta etapa se habrá acabado para siempre.
creo que extrañaré la universidad con grandísima nostalgia. creo que me arrepentiré -como siempre- de no haber hecho más cosas, de todas las veces que preferí quedarme en mi casa. sí, amo flojear en mi casa, pero hay que asumir las consecuencias. creo que no volveré a ver al erik y al nacho (ex compañeros de química), creo que los extrañaré. también creo que amaré ejercer, que será maravilloso, que tengo mil proyectos y son todos realizables, pero es otra etapa.
tengo que confesar que me da mucho miedo envejecer. tengo que confesar que me gusta más ser una niña que una mujer. una niña peligrosa, tentadora, prohibida, una ninfa, más que otra mujer más, legal para todos los efectos. tengo que confesar que aún no me siento mujer, y no quiero sentirlo. tengo que confesar que amo mi rostro de niña de doce años, y el cuerpo que me "apaña" bastante. tengo que confesar que no sé cómo afrontaré pasar a los treinta, a los cuarenta, a los cincuenta, y mejor ni sigo. confieso que me dan mucho miedo las arrugas, la piel suelta, la piel vieja... la vejez.
sé que inevitable. sé que voy a tener que lidiar con ello, y hasta pienso que podría tomármelo bastante bien. pero sí me hace querer aprovechar estos cinco años universitarios mil veces más, y al quinientos por ciento. sé que los piercings se me infectan, sé que el pelo teñido se me pone horriblemente pajoso y se enreda de puro mirarlo. sé que mi papá ABORRECE los tatuajes, y que me traería consecuencias de por vida. sé que voy contrarreloj. también sé que ser joven es increíblemente hermoso.
tengo que confesar que
es ahora
o nunca
siento que tengo que aprovecharlo. siento que la vida se me irá muy rápido. siento que estos cinco años no son NADA, y que antes de un suspiro se habrán ido. siento que TENGO que hacer locuras, siento que tengo que perforarme, teñirme, tatuarme entera. siento que tengo que pintarme cada uña de mi cuerpo de un color distinto, y usar la ropa más extravagante y vanguardista. siento que tengo que mostrar la guata, y las piernas. siento que tengo que gritar, bailar, cantar, amar, expresarme, rebelarme, comer como chancha, matarme de hambre, dormir de más, pasar de largo, ser responsablemente irresponsable. siento que es LA oportunidad en la vida para hacer todo esto, y que apenas me gradúe y entre a un trabajo con reglas y códigos, y protocolos, esta etapa se habrá acabado para siempre.
creo que extrañaré la universidad con grandísima nostalgia. creo que me arrepentiré -como siempre- de no haber hecho más cosas, de todas las veces que preferí quedarme en mi casa. sí, amo flojear en mi casa, pero hay que asumir las consecuencias. creo que no volveré a ver al erik y al nacho (ex compañeros de química), creo que los extrañaré. también creo que amaré ejercer, que será maravilloso, que tengo mil proyectos y son todos realizables, pero es otra etapa.
tengo que confesar que me da mucho miedo envejecer. tengo que confesar que me gusta más ser una niña que una mujer. una niña peligrosa, tentadora, prohibida, una ninfa, más que otra mujer más, legal para todos los efectos. tengo que confesar que aún no me siento mujer, y no quiero sentirlo. tengo que confesar que amo mi rostro de niña de doce años, y el cuerpo que me "apaña" bastante. tengo que confesar que no sé cómo afrontaré pasar a los treinta, a los cuarenta, a los cincuenta, y mejor ni sigo. confieso que me dan mucho miedo las arrugas, la piel suelta, la piel vieja... la vejez.
sé que inevitable. sé que voy a tener que lidiar con ello, y hasta pienso que podría tomármelo bastante bien. pero sí me hace querer aprovechar estos cinco años universitarios mil veces más, y al quinientos por ciento. sé que los piercings se me infectan, sé que el pelo teñido se me pone horriblemente pajoso y se enreda de puro mirarlo. sé que mi papá ABORRECE los tatuajes, y que me traería consecuencias de por vida. sé que voy contrarreloj. también sé que ser joven es increíblemente hermoso.
tengo que confesar que
es ahora
o nunca
2 comments:
Hay que puro gozar igna, esa es mi filosofía de vida por ahora, me voy a quedar donde amigos, salgo a carretear, salgo a juntas piolas, salgo a pasarla bien y también la gozo en mi casa descansando viendo películas, leyendo cómics, etc.
El amar ser joven. Me encanta serlo y lo voy a aprovechar!!!!!!!!!!
tenemos hartas cosas en común concuerdo mucho contigo (:
saludos! fue lindo verte ayer :D
Es verdad, ahora es el momento de hacer todas las locuras que se nos ocurran. Qué pena que en este país y en casi todo el mundo ser adulto sea como sinónimo de ser una persona que para ser respetada tiene que estar bien vestida, seguir todas las reglas... bueno, una persona aburrida.
Al menos ya hicimos la estupidez de meternos al Club Miel, ajajaja! y opino que deberíamos hacer otra locura como ir a la Blondie con la Gala, con ropa de leopardo, o no sé... me quiero hacer mechas azules, o por último comprar mechas falsas, ya que el azul teñido es demasiado horrible y poco azul
Me da miedo ser vieja también... y a veces me doy cuenta de que la vida es tan corta... pero hay que vivirla a concho
Te quiero ignaa!
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